Justo es dar voz a un Jasón, que silenciado a lo largo de los tiempos, busca en este siglo remendar el pasado en pos de un presente más cabal.
El valiente buscador del vellocino libra su batalla más dura allí donde los conflictos desgarran el alma y no el cuerpo, donde los guerreros ataviados con el arma de la palabra hieren de muerte sin tocar, donde las pasiones se desatan en lo oscuro: el hogar.
¿Qué clase de amor se justifica con la violencia? ¿Qué deshonra se venga con la muerte de los hijos? ¿Hasta dónde podemos justificar el daño? ¿Cuánto estamos dispuestos a perder para ganar?
La propuesta será un viaje a través de la experimentación y la búsqueda de la verdad escénica. El amor como metáfora de la destrucción y la desvastación más absoluta.
Jasón cuenta en primera persona su tragedia y caída a los infiernos.
Moneda de cambio para imprimir dolor al otro, para atarlo para siempre en la rueda de la desolación más absoluta y despojarlo de los lazos que lo unen a su propia sangre.