Menéndez Pelayo ya la definió hace un siglo como una obra que en su esencia era radicalmente inmoral. Mientras que Juan Eugenio de Hartzenbusch reconoció A secreto agravio, secreta venganza como una de las mejores obras de Calderón y aún una de las mejores del teatro, aunque si bien era cierto que ofendía a la moral. Y es que hemos de reconocer que el “honor calderoniano” es un honor cruelmente severo e inflexible, en cuyo nombre la venganza es siempre lícita. La traducción de A secreto agravio, secreta venganza a las formas reconocibles del thriller nos permite tomar ventaja respecto a este empeño: asentar un debate sobre la pervivencia en la sociedad española contemporánea de modelos de relación afectiva que permitan justificar un asesinato execrable.
Equipo
Dirección
Pedro Hofhuis
Versión
Pablo Bujalance
Idea original y asesor de verso
José Carlos Cuevas
Vestuario
Carmen Baquero
Ayudantes de dirección
Miguel Navarro y Lorena Roncero
Espacio escénico, sonoro y diseño
Pedro Hofhuis
Música
Jose Manuel Padilla
Producción
Jóvenes Clásicos
Reparto
Rubén del Castillo
Lorena Roncero
David Mena
Jose Carlos Cuevas
Mai Martín
Galería de imágenes
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